Mantengamos una buena actitud ante los problemas

Alguna vez te has preguntado ¿Por qué Dios ha permitido que sufras una desgracia? O talvez ¿Por qué un Dios misericordioso no interviene de forma rápida para solucionar tus problemas? Estas preguntas son comunes en labios de cristianos que sufren adversidades. Los cuales, no comprenden las causas y los propósitos de las circunstancias fortuitas a las que de repente se enfrentan. A diferencia de los predicadores que presentan a Jesucristo como un amuleto contra las desgracias personales, el Maestro, alertó a los discípulos de lo contrario. «En el mundo tendréis aflicción» dijo de manera clara y contundente (Juan 16.33) Esta realidad fue rápidamente experimentada por los primeros cristianos. Muchos de ellos fueron encarcelados, torturados y asesinados por su fe en Cristo. Santiago,hermano del Se, escribió a los cristianos judíos que huyeron de Jerusalén, perseguidos por su fe. Les instruyó sobre la manera en que debían enfrentar las dificultades. Debemos reflexionar sobre tan importante enseñanza. En los versículos 2 al 11 del capítulo 1, Santiago escribe: «Hermanos míos, consideraos muy dichosos cuando tengáis que enfrentaros con diversas pruebas, pues ya sabéis que la prueba de vuestra fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que seáis perfectos e íntegros, sin que os falte nada.» (NVI) En los versículos 2 y 3, el escritor inspirado exhorta a los cristianos a considerarse dichosos ante las adversidades ya que estas aportan un beneficio espiritual. El versículo 4 presenta el propósito de las pruebas: producir madurez espiritual