lunes, 9 de abril de 2012

El propósito de las pruebas es la madurez espiritual

«Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que seáis perfectos e íntegros, sin que os falte nada.» La constancia que producen las pruebas tiene como propósito la formación del carácter cristiano: «(...) para que seáis perfectos e íntegros, sin que os falte nada.» El término perfecto significa “maduro”. No indica en ningún caso “sin cometer pecado” o "libre de cometer errores". Las pruebas implican un proceso de perfeccionamiento o depuración del carácter espiritual. La meta suprema de las adversidades es perfeccionar nuestro carácter cristiano y nuestra fe. De la misma manera que el orfebre elimina las impurezas del oro al pasarlo por fuego. Así, el Señor permite pruebas en nuestra vida para eliminar pecados, malos hábitos o sencillamente fortalecer nuestra fe. Las pruebas no son producto del azar. El Señor tiene todo bajo control y sabe por que las permite. Incluso, cada prueba puede tener un propósito específico. El Señor me permitió vivir una situación bastante peligrosa mientras vivía en la ciudad de Guatemala. Sucedió una tarde de sábado. Mi esposa y yo, junto a unos amigos, regresabamos al internado del seminario donde vivíamos, despues de cenar juntos. Oscurecía cuando abordamos el autobús. En la parada de un centro comercial cuatro hombres armados subieron al autobús. Dos por la puerta de adelante y dos por la puerta de atrás. Mientras apuntaba su arma a la cabeza del conductor, uno de los ladrones, le ordenó a este no detenerse por nada. Era la primera vez que era asaltado. Estaba muy nervioso e indignado al observar que los ladrones, además de robar las pertenencias, tocaban sin escrúpulos a los mujeres pasajeras después de robarlas. Mi esposa y yo nos tomamos de la mano y empezamos a cantar el himno “Eres mi protector”. Yo oraba mentalmente. Suplicaba al Dios protector que nos protegiera. Asiento por asiento los ladrones despojaban a sus víctimas de todo cuanto tenían y humillaban a las mujeres. Todo sucedía rápido, como si de un sueño se tratase. Al acercarse a nosotros, los ladrones asaltaron a los pasajeros del asiento frente al nuestro, luego a los de nuestro lado, y como si fuéramos invisibles, pasaron de nosotros y asaltaron a los pasajeros detrás nuestro. Nos ignoraron por completo. El Señor nos había protegido milagrosamente. Había leído en la Biblia los milagros de un Dios protector. Pero fue mediante una prueba muy peligrosa que conocí personalmente el carácter de Dios como protector. Después de eso, fui asaltado un par de veces más. Pero no sentí el miedo de esa primera vez. Por que mi fe había sido fortalecida. Ahora confiaba en mi Padre Protector. Sabía que pasara lo pasara, él no permitiría que nada malo me pasara. Mi fe en la protección del Señor, nunca ha sido jamás la misma desde aquella experiencia en el autobús. Seguramente, una difícil situación económica nos permitirá conocer el carácter de Dios como proveedor. Una enfermedad puede permitirnos conocer el poder sanador del Señor. La rebeldía de un hijo puede permitirnos ver el poder transformador de Dios. Un situación peligrosa nos permitirá conocer a nuestro Padre como protector. Cada una de estas adversidades nos permitirá conocer más al Señor y como consecuencia nuestra fe será fortalecida. Nuestra madurez espiritual crecerá después de cada prueba.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Tus comentarios nos ayudan a crecer, tus opiniones son importantes para nosotros anímate a interatuar con nosotros sera un honor aclarar cualquier punto