en mi biblioteca meditando sobre el tiempo que de una u otra manera conmemoramos todos los cristianos en el mundo entero, pienso en el verdadero significado de estos días santos. Inesperadamente, sin saber cómo, de repente un sentimiento maravilloso me embarga y me conmuevo; es indescriptible, maravilloso. Siento que mi corazón rebosa de gozo y al mismo tiempo me siento como si estuviera triste, incapaz de expresar este sentir tan profundo.
Pienso y pienso, por qué estoy llorando, por qué esta conmoción tan grande y solo una respuesta llena mi mente: ¡El amor de Dios! Si, esa es la razón que conmueve mi corazón y esa es la razón de la conmemoración de estos días. Aunque muchos lo hayan olvidado, el verdadero significado de estos días representa el corazón de toda la cristiandad: La pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Sin la muerte y la resurrección de Jesucristo no existiría este tiempo, no habría cristianos en el mundo, no tendríamos esperanza, ni alegría, ni la necesidad de unas vidas que trasciendan. Jesús vino a este mundo a un pueblo que era su pueblo amado y escogido. Durante muchos años ellos lo habían esperado, pero cuando llegó no le reconocieron: “Vino a su propia casa y los suyos no le conocieron”.Juan 1:11.
Otros, que fueron antes de nosotros le reconocieron y creyeron en El, entonces “Él les dio la capacidad de ser hijos de Dios” Juan 1:12. Éstos sufrieron persecución y aún muerte por creer en su nombre. Esparcieron su evangelio en el mundo, a los que creyeron les formaron como discípulos y les enseñaron todas las cosas en las que habían sido enseñados por El. Hubo desviaciones y grandes luchas, pero a pesar de todo esto el cristianismo se extendió desde Judea hasta el mundo entero; desde el seno de un grupo de sencillos pescadores hasta hombres y mujeres de todas las naciones, de todas las razas y de todos los pensamientos.
¡Esa es la razón de esta Semana Santa en nuestro calendario! Una razón de amor, de puro amor; porque estando todos nosotros en pecado, alejados de Dios, viviendo una vida sin esperanza, Dios envío a su hijo Jesucristo para que nos entregara en la cruz su corazón y habiendo muerto y resucitado nos levantara a la vida eterna. Ya no hacen falta más sacrificios. ¡Él es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo!
Aunque a muchos les suene como algo irreal, si te denominas a ti mismo (a) como cristiano; si el fundamento de tu fe es Jesucristo, entonces este es tu tiempo, el tiempo de tu alegría y consolación porque Jesucristo te amó tanto que murió por ti, y por mí, en la cruz. Esta es la historia del amor más maravilloso: De un amor universal porque su llamado es para todos sin excepción y al mismo tiempo un amor individual porque nos llama a cada uno de manera particular: “Porque de tal manera amó Dios al mundo que entregó a su único hijo para que todo aquel que en El crea no se pierda más tenga vida eterna”. Juan 3:16.
Porque El resucitó tenemos esperanza en una vida eterna a su lado y contamos con la fuerza que le levantó de la muerte para caminar en este mundo de acuerdo a los deseos de su corazón expresados en su palabra, la Biblia, esparciendo su luz y su amor a donde quiera que El nos lleve.
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